Ella está en el horizonte. Camino dos pasos y ella se aleja. Nunca deja que la alcance. ¿Para qué sirve, entonces, la utopía?...para caminar.

lunes, 16 de abril de 2007

Más allá


Él sonreía, frágil como el cristal. Ya apenas alcanzaba a verlo con claridad y cada vez el miedo era mayor. Aquel camino se había convertido en morada de sombras y temores. Sollozaba, trémulo e inseguro, intentando sujetar su mano con fuerza. Pero no escuchaba lo que él quería decirle, sólo pensaba cómo huir.
"Shh...calla y atiende", le susurró su voz de niño, "tienes que dejar que me vaya, no te aferres. Es la hora". Sus ojos se llenaron de lágrimas en ese segundo. Podía vislumbrar su sonrisa, brillando entre la penumbra. "Gracias por todo, tú me has hecho feliz ". Y le dio un abrazo de despedida que le llegó al alma, y, en ese silencio, él comprendió.
Con una última sonrisa, el niño se alejó, despacio, dejándole. La luz fue iluminando la primavera.
"Gracias a ti...que me has enseñado lo que es la vida".

3 comentarios:

Isabel dijo...

La vida nos enseña lo que es la vida y nosotros podemos elegir seguir creyendo en nosotros mismos ,a pesar de sus desplantes...
Un besazo,amiga.

Andrés dijo...

Un final espléndido para una breves y exactas palabras.

Leerte me da una sensación bifronte:

una calma infinita; y un desasosiego inmenso por el deseo de abrazarte al acabar.

Me encanta tu blog.

besos

A.-

Lorena dijo...

Isabel: La vida nos enseña tanto...todos los días. Nosotros podemos cerrar los ojos y sólo ver nuestro egoísmo, o abridlos muy bien y no perder detalle. Ahí está...cada uno que elija. Un gran besazo!

Andy: Bienvenido, muchísimas gracias por pasearte por mi blog y por tus preciosas palabras, te he leído y he de decirte que me has alegrado la noche :) Gracias, espero que sigamos viéndonos!Nos leemos!Un gran beso!