...y oigo el mar. Abro los ojos y lo veo, claro e infinito, abriéndose ante mí. Las olas alzándose, con su atronadora marcha. Todo es fugaz. El canto de la libertad resonando por ese cielo nocturno impregnado de sueños. Inquieta, anhelo ese océano abierto. El faro brilla, esperanzador. Y como un susurro, la noche me abraza invitándose a saltar. Intento contener mi impaciencia, mi desorbitada impaciencia que no puede quedarse quieta ni un segundo. Más y más...más y más, mar adentro, más alto...mis pies no tocan el suelo.
3 comentarios:
Qué estupenda sensación es sentirse lejos del suelo,Lorena;pero no lo pierdas de vista...
Un beso,con entusiasmo,amiga...
Disfruta...
...lorena...me parece genial pero...
...el agua aún está fría!
Un abrazo.
Nunca es demasiado.
Un beso
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