Pon tu vida en orden primero. Después, llámame.
Y es que la lluvia me pone nostálgica. Así que ha terminado de aderezar esta Semana Santa que para mí ha sido una penitencia, de recuerdos, de decepciones y de introspección. Misión Olvido se coló a principios de semana en mi Kindle, tras acabar la facilona Lo inevitable del amor de Nuria Roca y Juan del Val.
Acabo de llegar a su última página, maldiciendo mi escaso presupuesto ya que, he deseado volver a páginas concretas, releer pasajes, y, dudo ser capaz de navegar entre los porcentajes que maneja el libro electrónico. Sin más cháchara, ¿por qué hacer una reseña? Soy amante de la lectura desde siempre, pero me contento con recomendar las lecturas que me gustan, dejando que la propia persona se maraville de lo que encuentra. Será que me he sentido tocada por el libro y hoy, necesito contar qué me ha movido.
La historia de Blanca, la protagonista, comienza con un viaje. Su universo particular se ha desmoronado cuando, con la independencia de sus hijos y su trabajo como profesora universitaria, su marido rompe el matrimonio a la vez que se embarca en una relación con otra mujer. Blanca aterriza en Santa Cecilia, California, para sumergirse en la tarea de ordenar los documentos añejos de un viejo profesor. No imagino cómo la ayudará en su propia transformación, encontrarse con el pasado de Andrés Fontana.
En su momento disfruté muchísimo con El tiempo entre costuras, la primera novela de María Dueñas. He de reconocer que he disfrutado aún más de este libro.
Cómo sobreponerse a las heridas, cómo reconciliarse con lo que se teme, cómo no importa lo lejos que huyamos, que siempre habrá que enfrentar a los fantasmas, qué miedo da lanzarse al precipicio, qué fría es la soledad, cuánto cuesta recomponer los pedazos de nosotros mismos una vez que perdemos todo norte y dirección... Misión Olvido habla de todo esto, mezclándolo con misterio e Historia, de una manera dulce y auténtica.
Si tuviese que elegir a un personaje, claramente sería Daniel Carter, profesor atípico, con esa historia magnífica y ese viaje mítico a la España franquista. Admiro cómo la escritora dibuja a los personajes, profundos y complejos, llenos de significado.
Recomiendo esta lectura con fervor, espero que os remueva como lo ha hecho conmigo.
Mis años negros, aquellos años terribles en los que fui incapaz de asumir con cordura la realidad. Pero todo pasa, Blanca, todo pasa, créeme. Cuesta lo que no está escrito y nada vuelve a ser nunca lo mismo pero al final, y sé de lo que hablo, llega la reconstrucción. Te vuelves a abrir a la vida, avanzas, progresas.