Mi niña:
Ahora pienso en ti y siento a la angustia recorriéndome. Las palabras se me agolpan en las manos, intento ordenarlas, ojalá fueran magia pura y consiguieran llegar al centro de esa razón olvidada, lograran despertarla. Puedo regalarte muchas palabras y quizá ninguna serviría de nada.
¿Cómo explicarte lo que pienso?, ¿cómo hacerte entender lo importante que es esta decisión para el resto de tu vida? Yo, como tú, he empezado a vivir hace poco, sé muy poco de la vida, no tengo grandes claves para alcanzar la felicidad, el éxito o la paz, tampoco muchas experiencias para aconsejarte o guiarte en tu camino; demasiadas veces me siento perdida en el mío, me asaltan mil miedos, tiemblo, lloro, dudo...pero sigo adelante siempre. Nadie es perfecto, en nuestro cúmulo humano de imperfecciones, nos equivocamos, erramos sistemáticamente y sin remedio, es otra manera de aprender. No quiero que te equivoques, Ali, no quiero, no quiero que un error te destroce la vida, una vida que puede ser bonita, que puede estar llena de buenos momentos, de grandes personas, entre ellas, tú misma. No quiero que te anules, no quiero que te hagas daño, tampoco que te hagan daño los demás. Quiero que puedas defenderte, que sepas del mundo, que no te engañen, que no te manipulen, que puedas hablar, que no tengas miedo, que seas libre y nada ni nadie te tenga atada. Siento pavor de imaginarte encerrada en una jaula, de imaginarte torturada por la soledad y la ignorancia más letal, por la crueldad cotidiana. Tienes una enorme belleza, no sé si lo sabes, no sé si lo quieres ver. Tienes una belleza innata, que te explota en la sonrisa, que te nace en el pecho. Tienes tanto que andar, tanto que ver, tanto que escuchar. ¿Por qué perderte todo eso, todo eso que está ahí, esperándote? ¿Porque es difícil? Sí, no te voy a mentir, es difícil, muy difícil. Pero a menudo, lo fácil no es lo correcto, lo correcto cuesta, lo correcto duele, necesita esfuerzo, tesón, paciencia, tiempo. Lo tienes tan cerca, mi niña, tan cerquita. Tienes la libertad saltando y casi la puedes rozar con la yema de tus dedos. No seas cobarde. Sé que soy egoísta diciéndote esto, ¿cómo yo, con la maravillosa vida que Dios me ha regalado, voy a decirte a ti que no escojas lo más fácil, cuando has sufrido tanto que yo ni siquiera puedo imaginar lo que sentirá tu corazón? Lo sé. O quizá no. Algo sé, que eres valiente, que vales mucho y, sobre todo, que te quiero muchísimo. Es lo más importante. Que te quiero tanto, que quiero lo mejor para ti. Y sé que lo mejor no está en esa casa, en esa vida que tú crees será la mejor. No, no te mientas a ti misma, no será buena, no será la mejor, no. Sueña, sueña con algo más, aspira a más, recuerda la maleta que dibujamos, recuerda los viajes que tienes que hacer, las aventuras que tienes que vivir. Cree en ti, cree que lo puedes conseguir. Cree en ti, yo creo en ti, Ali, yo creo en ti. Y me aterra pensar que esa luz que tienes dentro, se puede apagar si te conviertes en un fantasma, en una sombra, en alguien que existe pero no existe.
Por favor, me aferro a la esperanza de que algo en ti se remueva, de que esta pesadilla no se cumpla, de que reacciones y entiendas. Tengo esperanza, ya te lo he dicho, creo en ti. También creo que el amor puede mover montañas. Y te prometo que voy a hacer todo lo posible por mover esta montaña. No sé cómo, pero no puedo quedarme de brazos cruzados viéndote alejarte de mí y a la vez de ti misma.
Quizá no me comprendas. Quizá te aburra, te den igual todas mis frases, me oigas como el que oye llover...quizá sí, o quizá no.
Está en el aire. Suspendida en él, se balancea al compás del viento, la flecha que marcará tu destino aún sigue dando vueltas. Yo sigo soplando para traerte de vuelta.
2 comentarios:
Se nota que la quieres bien.
Salud!
No podemos elegir por los demás pero sí hablarles con mucha franqueza y cariño,como tú has hecho.
Son señales, las flechas correctas.Un abrazo y suerte para ambas.:-)
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