Ella está en el horizonte. Camino dos pasos y ella se aleja. Nunca deja que la alcance. ¿Para qué sirve, entonces, la utopía?...para caminar.

lunes, 14 de enero de 2008

Lunes dulce

Empezó el lunes con lluvia. A pesar del barro que ha manchado mis zapatos, ha sido un día estupendo. Disfruté en las clases, reí muchísimo a costa de una broma (con un poquito de maldad, todo sea dicho), dí abrazos, se me llenaron los ojos de ternura, escuché hablar con pasión, me contagié de ella, la envidié, la deseé. Luego, me enredé a lo largo de un hilo que me llevó hasta su voz, hasta sus palabras, su bella risa. Más conversaciones a distancia, más reflexiones cotidianas, más propósitos y premoniciones. Y después, una preciosa escena. No quiero olvidarme de los ojos de ese niño que esperaba a su abuela en la cola del supermercado. La belleza de la infancia, la dulzura de la inocencia de su sonrisa, de su vocecilla aguda, la mirada cómplice de la mujer conmigo, aunque hablásemos distintos idiomas, dominamos el idioma universal.

Ahora, repaso todo y me gusta; me gusta lo vivido.
Quiero más, más.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bonitas estas fotos, Lorena. No sé si te has dado una vuelta por mi blog; por cierto, como te dije lo cambié de nombre y de dirección; ahora es: http://renglonescruzados.blogspot.com Espero verte por allí. Un saudo

Anónimo dijo...

Pequeñeces que dan sentido a la vida...

Gracias.