Ella está en el horizonte. Camino dos pasos y ella se aleja. Nunca deja que la alcance. ¿Para qué sirve, entonces, la utopía?...para caminar.

jueves, 28 de junio de 2007

Así es



Silencio, en soledad conmigo misma. Palabras, que caen, una tras otra, pesadas, en la profundidad del abismo de las verdades. Tiempo, que corre, que se va, sin que notemos el desgaste. Atardeceres, anocheceres, amaneceres...luego, después, más tarde, siempre y nunca. Miedos, riéndose en mi oído. Dudas, acechantes. Deseos, jugando con mi voluntad. Ansiedad, de amar, de volar. Errores, tropiezos, abrazos, aciertos. Vueltas, mareos. Lágrimas, aún no sé si de tristeza o felicidad. Sueños, y más sueños, que andan cogidos de mi mano.


Y el camino...que voy andando. Y la vida, que de recuerdos se va llenando.

2 comentarios:

JuanMa dijo...

Así es, en efecto.
Poco a poco hay que controlar los miedos y tomar las riendas y elegir los caminos.

Besos, Lorena.

Anónimo dijo...

Muchas veces los miedos nos dominan...pero muchas veces esa oscuridad la iluminas con tu sonrisa