¿Y no es verdad que las verdades se derrumban con demasiada facilidad?Hace no tanto tiempo me recuerdo pensando sobre mis sueños, dibujando un futuro rodeada de personas que hoy no están a mi lado. Hace no tanto tiempo, no conocía la poesía y no creía que fuese tan pequeña, tan insignificante entre toda la Historia que compone a las historias. Hace no tanto, ni siquiera había pisado el avión, ni tampoco besado el cielo sintiendo las llamas del infierno abrasándome la espalda. Hace no tanto tiempo, me sentía una extraña en mi casa, no valoraba mi suerte, mi familia, mis manos y mis ojos. Ni siquiera imaginaba que pudiese recorrer el camino que ahora observo tras de mí.
No puedo negar que a veces camine y me sienta totalmente perdida, a pesar de reconocer todas y cada una de las calles por las que paso. No puedo olvidar el miedo que me angustia cada vez que me siento impotente, pensando que la vida y la justicia se marchitan cerca de mí y yo, espectadora impasible, sigo mi rutina sin actuar.
He cambiado más de lo que me podía imaginar; a veces no sé si me gusta la persona en la que me he convertido, echo de menos tantas partes de mí que se han esfumado sin darme cuenta. Pero quizá, crecer conlleva sus riesgos y las consecuencias de abrir los ojos es no poder volver a ser el inocente que eras.
Hace no tanto tiempo, yo fui otra, hace no tanto tiempo, me encerré. Espero en la crisálida, sin embargo, ya asoman mis alas deseosas de volar.




