 A veces me pregunto qué aprendí antes: a soñar o a leer. Me recuerdo siempre con un libro entre las manos; también me imagino así. En cada una de las páginas de los libros que habitan en mi estantería están mezcladas las historias, las de los personajes protagonistas, las mías también. Sus letras me mostraron otras culturas, me enamoraron con grandes historias de amor, me hicieron reír y también llorar.
 A veces me pregunto qué aprendí antes: a soñar o a leer. Me recuerdo siempre con un libro entre las manos; también me imagino así. En cada una de las páginas de los libros que habitan en mi estantería están mezcladas las historias, las de los personajes protagonistas, las mías también. Sus letras me mostraron otras culturas, me enamoraron con grandes historias de amor, me hicieron reír y también llorar.Hoy, un bonito y soleado 23 de abril, es el día del libro. Un día corriente para celebrar un acto corriente. Curiosamente, cuando termina el día, en mi habitación siempre comienza la noche del libro. Para mí, pocas cosas en el mundo son más emocionantes, más económicas y fascinantes.
 
 
