Ella está en el horizonte. Camino dos pasos y ella se aleja. Nunca deja que la alcance. ¿Para qué sirve, entonces, la utopía?...para caminar.

jueves, 22 de agosto de 2013

Lentamente

delilahwoolf

Aún estábamos juntos cuando le dije que no había sido capaz de tocar el fondo de la piscina. Le conté que me había dado la sensación de que podría ahogarme, que nadie me ayudaría si no era capaz de alcanzar la superficie. Recuerda esa sensación oprimiéndome cuando intenté impulsarme, esa punzada de angustia. Él vino otro día y, mientras estábamos dentro me dijo que era el momento, "Vamos, nada hacia el fondo. Yo estoy aquí". Me negué en rotundo. Él se enfadó, pero no me importó. No sabía en aquel momento por qué, pero era consciente de que ya no me sentía segura a su lado. Ni tampoco a mi lado. Supongo que estaba decepcionada con los dos. Triste, muy triste, tan triste que no era capaz de darme cuenta de cómo me iba atando a algo que cada vez me laceraba más. 
Hoy sentí una nostalgia ridícula; me enfadé conmigo, con mis emociones cuando vi su fotografía. Maldito corazón masoquista que parece no aprender de todos los golpes. O si lo hace, lo hace muy lentamente. 

5 comentarios:

Yeka dijo...

Es así, actúa lento para ser efectivo. Ya verás que será así. :)

Pluvisca dijo...

El desamor o el vacio que deja el amor es triste y duele

Besos

Anónimo dijo...

De todo se aprende, una no deja nunca de aprender. Pero eso no quita que sigas caminando y vuelvas a encontrar montículos en mitad del recorrido. Los golpes son parte de la vida, están ahí. Y hay algunos que duelen más que otros...

Un abrazo cálido de los que ayudan a acallar dolores, y mis mejores deseos para ti.

Anónimo dijo...

De todo se aprende, una no deja nunca de aprender. Pero eso no quita que sigas caminando y vuelvas a encontrar montículos en mitad del recorrido. Los golpes son parte de la vida, están ahí. Y hay algunos que duelen más que otros...

Un abrazo cálido de los que ayudan a acallar dolores, y mis mejores deseos para ti.

Anónimo dijo...

De todo se aprende, una no deja nunca de aprender. Pero eso no quita que vuelvas a encontrar montículos en tu andadura. Los golpes son parte de la vida, están ahí. Y hay unos que duelen más que otros... Tu corazón no es masoca. Siente, está vivo. Se comporta acorde a la ocasión, lo suyo sólo es un acto reflejo.

No le culpes, pobre.

Besos de esta que te sigue. Tu blog me aporta mucho ;)