 No me gusta jugar al escondite, aunque reconozco que a veces, yo también me he escondido. Tengo la impresión de que lo que debería ser un juego de niños, en demasiadas ocasiones se convierte en la rutina de muchos adultos.
No me gusta jugar al escondite, aunque reconozco que a veces, yo también me he escondido. Tengo la impresión de que lo que debería ser un juego de niños, en demasiadas ocasiones se convierte en la rutina de muchos adultos. Aunque sea la primera mentirosa, odio las mentiras. Aunque tenga miedo en muchas ocasiones, odio a los cobardes. Y si algo me he propuesto, es superar las tonterías que llevan persiguiéndome tanto tiempo. 
Pero no me había dado cuenta de que aún no había puesto en marcha los motores. Mejor tarde que nunca. No quiero que en mi vida haya secretos, ni medias verdades. Como decía Sabina, lo peor de la verdad es que no tiene remedio. 
 
 




