
Siéntate, vamos a hablar.
No me mires así...Estoy nerviosa, también cansada. Sé que por fin nos vemos cara a cara, tú y yo, sin nadie más, sin barreras ni mentiras.
Me has hecho daño. ¿Lo sabes? Mucho daño. Admítelo, no has sido justo conmigo...no le eches culpas a otro, por favor, no huyas. Tampoco me ataques. Ya lo sé. Sé que he sido cobarde, lo llevo a cuestas. Sé que me he equivocado muchas veces, porque sólo he escuchado a mi orgullo y a mi sinrazón. Pero no sé si lo siento. ¿Lo sientes tú? Tú siempre haces lo mismo. Sólo sientes, sientes, sientes tanto que no eres capaz de ser prudente, o de arrepentirte. Te conozco, te he llevado siempre muy dentro. Y sigues ahí. Dentro, muy dentro. No creo que pueda arrancarte nunca de mí, aunque, Dios, cuántas veces he querido con todas mis fuerzas, echarte, gritarte, decirte que te odio y que jamás volveré a ti. Pero, ¿me entiendes? ¿Puedes entender a qué límite ha llegado mi desesperación? Compréndeme, por favor. No quiero seguir en una pelea continua contigo toda la vida. No quiero, de verdad. Escúchame...quiero que vuelvas a abrazarme. Quiero sentirte, cálido a la vez que místico y etéreo. Quiero oír latir mi corazón, porque sólo tú puedes hacerlo. Sólo tú.
Hagamos un trato. No volveré a renegar de ti, si tú me prometes que jamás volverás a hacerme llorar. ¿De acuerdo?
[Él negó con la cabeza, al tiempo que la frustración volvía a carcomerme. Suavemente, se acercó a mí. Sentí su aliento y, como me regeneraba su mirada.]
No puedo prometerte eso, cielo. Porque yo soy así...desmayarse, atreverse, estar furioso,áspero, tierno, liberal, esquivo,alentado, mortal, difunto, vivo,leal, traidor, cobarde y animoso...no hallar fuera del bien centro y reposo,mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso;huir el rostro al claro desengaño,beber veneno por licor süave,olvidar el provecho, amar el daño; creer que un cielo en un infierno cabe,dar la vida y el alma a un desengaño...y tú lo sabes, tú lo sabes...muy bien, porque me probaste. Me bebiste, me adoraste...y me llevas tatuado...no puedo prometerte que no volveré a hacerte daño, pero te prometo que volveré a darte la felicidad extrema y que jamás dejaré de existir, mientras creas en mí.
Y Amor calló...